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Analice
comparativamente la importancia de los siguientes aportes de la Escuelita de
Pedro Beltrán en el desarrollo actual del periodismo peruano.
a) Formación de periodistas profesionales en el Perú
b) Introducción importada de las técnicas de
redacción periodística norteamericana en el Perú.
c) Utilización del primer manual de estilo en el
periodismo peruano.
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Para el
desarrollo de este trabajo, se recomienda leer los siguientes artículos:
Los mejores días de La Prensa
Jorge E. Mendoza.
Homenaje
a un Gran Diario: LA PRENSA de Lima.
Desde 1934, en que Beltrán asume la conducción de LA Prensa, el periódico
dedica sus mejores esfuerzos a sustentar los postulados del Partido Nacional,
del cual Don Pedro era también Presidente. Era esta una agrupación de
tendencias anti-marxistas, a cuyo seno acudían tanto elementos que jamás habían
actuado en política, como otros que habían figurado en partidos cuya misión
histórica había terminado, y quienes ostentaban una limpia hoja de actuación,
según la definición consignada en la revista chilena Zig-Zag en una edición
especial por el cuarto Centenario de Lima.
Tipográficamente era un diario moderno para los estándares de la época.
Sus talleres se equiparon con modernos linotipos y
máquinas Ludlow, que formateaban los textos y titulares en macizos lingotes de
plomo. La impresión fue mejorando al ritmo de las nuevas tecnologías, pues LA
PRENSA desde esos primeros tiempos fue un diario innovador, a diferencia de El
Comercio, que siempre fue reacio a incorporarse a las nuevas tendencias.
El contenido del periódico y el tratamiento de la noticia, sin embargo,
no habían cambiado casi nada. Las noticias seguían siendo tratadas como
pequeños chismes cotidianos, contados coloquialmente o sazonados con las
particulares opiniones y puntos de vista de sus redactores. Esto, naturalmente,
respondía a los requerimientos informativos de una ciudad como Lima, aún
pequeña y semialdeana, donde las opiniones valían mucho más que las propias
noticias. La gran inmigración de los 50 y 60 aún no se había producido.
No existían en los periódicos redacciones en el sentido que hoy se conoce. Las colaboraciones eran la mayor fuente de material local, generalmente firmadas. Las noticias del extranjero se conocían vía el vapor, es decir a través de los barcos que llegaban al Callao con los periódicos y revistas europeos o norteamericanos.
No existían en los periódicos redacciones en el sentido que hoy se conoce. Las colaboraciones eran la mayor fuente de material local, generalmente firmadas. Las noticias del extranjero se conocían vía el vapor, es decir a través de los barcos que llegaban al Callao con los periódicos y revistas europeos o norteamericanos.
Pese a ello, con el desarrollo de la radio y el cable transoceánico, poco a poco LA PRENSA fue incorporando avances como los servicios cablegráficos, que le permitían informar el mismo día de sucesos distantes.
Pero esto no era suficiente para Beltrán. El, para entonces, ya era un ciudadano del mundo.
No sólo se había graduado en la prestigiosa Escuela de Economía de
Londres, y había innovado el agro nacional incorporando técnicas y avanzados
sistemas de cultivo en su hacienda Montalbán de Cañete, sino que tardíamente se
había casado con Miriam Kropp, una espigada norteamericana cuya fortuna
familiar era superior a la de él, pero que aceptó vivir en Lima sin
desarraigarse del todo de su propio país. Es así como los Beltrán hacían
frecuentes viajes a Estados Unidos, y en ellos el joven y ambicioso Pedro se
imbuía y maravillaba de la precisión e influencia social y política del
periodismo norteamericano, del cual aprendió mucho, particularmente del The New
York Times de cuyo editor Arthur Hays Sulzberger era cercano amigo.
La fórmula era separar las noticias de las opiniones. Se llamaba el periodismo objetivo, donde los hechos se contaban como sucedían, sin agregarles ni quitarles una coma, siguiendo una especie de ritual donde el ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿por qué? eran las preguntas que debían ser satisfechas.
Quienes producían esas notas objetivas, esas informaciones en el sentido más exacto, eran especialistas, reporteros y redactores preparados para plasmar en textos concisos y graduados toda la esencia de un hecho, cualquiera fuera su naturaleza.
Naturalmente que las seis preguntas a contestar no configuraban un acto mecánico, una camisa de fuerza. En su tratamiento surgían mil posibilidades, y la habilidad de cada redactor se reflejaba en estilos diferenciados, donde el manejo del idioma marchaba a la par que el juego de los sentimientos y las expresiones.
La fórmula era separar las noticias de las opiniones. Se llamaba el periodismo objetivo, donde los hechos se contaban como sucedían, sin agregarles ni quitarles una coma, siguiendo una especie de ritual donde el ¿qué?, ¿quién?, ¿cómo?, ¿cuándo?, ¿dónde? y ¿por qué? eran las preguntas que debían ser satisfechas.
Quienes producían esas notas objetivas, esas informaciones en el sentido más exacto, eran especialistas, reporteros y redactores preparados para plasmar en textos concisos y graduados toda la esencia de un hecho, cualquiera fuera su naturaleza.
Naturalmente que las seis preguntas a contestar no configuraban un acto mecánico, una camisa de fuerza. En su tratamiento surgían mil posibilidades, y la habilidad de cada redactor se reflejaba en estilos diferenciados, donde el manejo del idioma marchaba a la par que el juego de los sentimientos y las expresiones.
Pedro Beltrán visualizó que para que LA PRENSA entrara al camino de la
objetividad tenía que preparar gente. Ese trabajo no se podía hacer con
diletantes, trasnochadores de cantina, poetas ni escritores ocasionales. No
había en el Perú, por supuesto, escuelas de periodismo, y LA PRENSA se
convirtió de repente en la primera gran universidad del periodismo peruano.
El propio Beltrán se hizo periodista, y aunque no descolló como redactor
no tenía quizás los atributos propios del profesional del lenguaje- sabía
exactamente lo que quería, y cómo lo quería.
Escribir de acuerdo a las nuevas técnicas no era todo, también había que presentar las noticias de otro modo. Hasta entonces los periódicos eran una especie de caja de Pandora, donde se entremezclaban opiniones, avisos, trascendidos y colaboraciones sin más orden y concierto que los que imponían los armadores de página en los talleres. Las ramas de plomo en que se armaban las formas tipográficas eran llenadas conforme se recibía y armaba el material.
Siguiendo las normas de redacción periodística norteamericanas, establecidas en The New York Times principalmente ejemplo que siguió LA PRENSA en lo básico, aunque el diseño fue inspirado en el del Herald Tribune- Beltrán innovó el tratamiento y la presentación de las noticias.
Escribir de acuerdo a las nuevas técnicas no era todo, también había que presentar las noticias de otro modo. Hasta entonces los periódicos eran una especie de caja de Pandora, donde se entremezclaban opiniones, avisos, trascendidos y colaboraciones sin más orden y concierto que los que imponían los armadores de página en los talleres. Las ramas de plomo en que se armaban las formas tipográficas eran llenadas conforme se recibía y armaba el material.
Siguiendo las normas de redacción periodística norteamericanas, establecidas en The New York Times principalmente ejemplo que siguió LA PRENSA en lo básico, aunque el diseño fue inspirado en el del Herald Tribune- Beltrán innovó el tratamiento y la presentación de las noticias.
La diagramación -el diseño- formó parte de los requerimientos del nuevo
diario: Un orden interno, en secciones claramente diferenciadas, con la
publicidad dispuesta en su lugar, al lado de las noticias, no mezclada con
ellas.
LA PRENSA fue el primer diario peruano que abrió una Primera Página con
noticias, empezando por lo más importante o interesante de la jornada. Hasta
muchos años más tarde, El Comercio un mastodonte siempre reacio a los cambios-
publicaba en su portada únicamente avisos, como si las noticias no tuvieran
mayor importancia.
No voy a hablar aquí de cómo era Beltrán voy a dedicar un capítulo especial a su figura- pero sí debo rescatar que su principal aporte fue considerar al lector como el verdadero sustento del periódico. Ya no se escribía para agradar al Director, sino para agradar al lector, al público que iba a leer el diario al día siguiente.
No voy a hablar aquí de cómo era Beltrán voy a dedicar un capítulo especial a su figura- pero sí debo rescatar que su principal aporte fue considerar al lector como el verdadero sustento del periódico. Ya no se escribía para agradar al Director, sino para agradar al lector, al público que iba a leer el diario al día siguiente.
Para llevar a cabo esta enorme tarea necesitaba gente preparada. La
encontró en las universidades, especialmente en las carreras de letras y
literarias. Una pléyade de jóvenes entró a LA PRENSA para sumarse a un ejército
nuevo que iniciaba una verdadera revolución. Algunos eligieron las noticias de
calle, las fuentes políticas o el deporte, otros el editorial, que recibió
también un trato más consistente y organizado, entraron mujeres a las
redacciones para ocuparse de temas apropiados (cocina, hogar, familia) el
feminismo aún no incursionaba en la sociedad peruana.
La revolución que inició Beltrán
en los 50s se prolongó por muchos años. Gente formada en su redacción, en la
querida Cueva de Baquíjano (después explicaré por qué), contribuyó a formar
nuevos diarios, y mientras El Comercio y la Crónica languidecían con sus moldes
obsoletos, surgieron Expreso, Correo y La República, aunque también, otros que
aprendieron mal, dieron origen a engendros de los cuales prefiero no tratar en
este homenaje.
COPIA DE INTERNET DESDE: http://perulag.pe.tripod.com/LA_PRENSA/id2.html
ResponderEliminarNo hay mencion de fuentes de consulta utilizadas para el desarrollo de este trabajo.